La Habana, 27 ene (PL) La emisión de dinero digital posee hoy un futuro todavía incierto para buena parte de las economías del mundo, aun cuando cobra fuerza en determinados países.
Uno de las naciones más osadas en el tema resulta ser Suecia, pues según se desprende de un reciente informe del Sverige Riskbank (banco estatal), la entidad afirmó necesitar considerar cuál tiene que ser su papel en un mundo cada vez más digital.
«En la primavera de 2017, empezó un proyecto para examinar el alcance de emitir una moneda digital del banco central, llamada e-krona, como complemento al efectivo», señala el banco en el informe.
En Suecia, donde el año pasado apenas el 13 por ciento de los consumidores pagaron en efectivo, podría convertirse en el primer país con una criptomoneda regulada por un Estado miembro de la Unión Europea.
Asimismo, según anunció la agencia de noticias Emirate News Agency en días pasados, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita anunciaron un acuerdo de cooperación para la creación de una criptomoneda.
De acuerdo con el reporte, la criptomoneda «será estrictamente dirigida a bancos en una fase experimental con el objetivo de comprender mejor las implicaciones de la tecnología de cadenas de bloques y facilitar los pagos transfronterizos».
Igualmente, la iniciativa busca proteger los intereses de los clientes, crear estándares para la tecnología y considerar los riesgos de la ciberseguridad, mientras se determina el impacto de las monedas centrales en las políticas monetarias, añadió la información.
No obstante los proyectos antes descritos, un sondeo divulgado recientemente por el Banco de Pagos Internacionales (BPI) reveló que la mayoría de los bancos centrales no tienen planes de emitir una versión digital de sus monedas.
Después de que algunos estudios no los convencieron de los méritos del dinero electrónico, los bancos centrales advirtieron a inversores que podrían perder dinero con criptomonedas acuñadas en forma privada que, como el bitcoin, cayeron notablemente en los últimos meses.
El estudio, que empleó como fuente a 63 bancos centrales que representan a más de un 90 por ciento de la producción económica global y a un 80 por ciento de la población mundial, mostró que los trabajos realizados en esta esfera son básicamente conceptuales hasta el momento.
También reconoce que actualmente pocos bancos centrales han avanzado a proyectos pilotos de dinero electrónico.
A la par del petro en Venezuela, está el citado caso de Suecia y Uruguay.
Además, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón colaboran en el proyecto Stella, programa que estudia la posibilidad de uso de la tecnología de contabilidad distribuida (o conjunto de herramientas para grabar información) para infraestructuras de mercados financieros.
Por su parte, el Banco de Inglaterra, el de Canadá y la Autoridad Monetaria de Singapur también tienen un proyecto conjunto en este ámbito.
Aun así, el análisis del BPI develó que más de un 85 por ciento de los bancos centrales dicen que es improbable que emitan cualquier tipo de divisa digital antes de 2022 y apenas uno reportó que es muy probable que lo haga en los próximos seis años.